[vc_row][vc_column][vc_column_text css=».vc_custom_1591219720167{margin-bottom: 0px !important;}»]A muchas mamás primerizas nos asusta la idea de que nuestros bebés puedan llegar a atorarse al iniciar la alimentación complementaria, por ello creemos que la mejor forma de darle los alimentos es en forma de papillas y sopas licuadas. Hoy, quiero contarles que esta costumbre ha ido cambiando en los últimos años con la llegada de un método gradual de introducción a la alimentación complementaria llamado baby led weaning (BLW), el cual busca que la experiencia con la comida sea agradable desde temprana edad y permite que los alimentos les sean brindados a los bebés en su estado más natural posible, aprovechando así, sus nutrientes.

Les voy a contar un poco sobre mi experiencia, cuando escuché sobre este método me llamó mucho la atención y coincidí en que la alimentación debía ser una oportunidad para los niños de tocar y sentir las diferentes texturas y sabores que este nuevo mundo de las frutas y vegetales tiene para ellos. Me documenté y una vez el pediatra nos dio el aval para introducir alimentos sólidos, empezamos a ponerlo en práctica. Les confieso que yo también sentía mucho miedo de que mi bebé llegara a atorarse, sin embargo empecé a hacer lo que mi corazón de madre me decía que era lo correcto y así inicié con algunas frutas rayadas o machacadas (manzana, pera, banano, kiwi) y nos fue muy bien. Aprendí que no tenía que hervir la fruta para hacerle una compota, ni tampoco tenía que comprar esas compotas empacadas con azúcares y conservantes adicionales porque es muy sencillo hacerlo en casa.

Para ese momento Amanda no tenía desarrollada muy bien la pinza y ese fue el indicador de que aún no debía darle la fruta para que la agarrara solita (ella inició a los 5 meses), fue solo hasta que cumplió los 7 meses que comencé a darle frutas y vegetales permitidos por el pediatra, en trozos que le cupieran en su mano y así fui poco a poco introduciéndole los demás grupos de alimentos en su versión más natural, sin necesidad de licuarlos para hacer sopas.

Mi recomendación es que les enseñemos desde pequeños a probar todos los grupos de alimentos saludables, empezando por las frutas y alternando con los vegetales, para que ellos puedan empezar a sentir la diferencia entre el sabor dulce y salado. Sigue siempre las pautas que te enseña su pediatra y bríndale dichos alimentos en la forma más natural posible, así ellos aprenderán a apreciar su textura y sabor original. Por ejemplo, en lugar de preparar una compota hirviendo la manzana, prueba rallándola, y que ésta quede como una pasta similar a la de una papilla; así, se conservan mucho mas las propiedades de la fruta (vitaminas y minerales) y evitamos posibles atascamientos en los primeros meses de la alimentación complementaria (4-7 meses).

Una vez tu bebé pueda agarrar los alimentos con sus manos (8-10 meses,) ensaya dándole pedacitos de fruta o vegetales suaves, que el mismo pueda morder, de esta forma vamos creando una relación amigable entre ellos y la comida. Permíteles que compartan la hora de la comida con la familia sentándolos en su silla con sus alimentos al mismo tiempo que todos comen y les recomiendo que nunca los obliguen a comer algo que ellos no quieran, pues esta etapa es de experimentación y exploración.

Mi mensaje es que sí podemos darles a nuestros pequeños las mejores opciones desde temprana edad y sí podemos enseñarles a crear una relación amistosa con la comida permitiéndoles que ellos escojan lo que les gusta, es nuestra responsabilidad brindarles las mejores opciones en la mesa y darles el ejemplo a través de nuestras elecciones.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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