No te distraigas. Esta frase llegó a mi cabeza mientras estaba en un paseo en lancha el domingo pasado, fue justo en ese momento mientras sentía el viento en mi cara que me dije: no te distraigas. Ese instante de atención plena con el alma sonriente me permitió cerrar los ojos por un ratico para recordar cómo deseo sentirme más seguido.
Pero, ¿qué tiene que ver la tanga con todo esto? Voy unos días atrás cuando me fui a conseguir un vestido de baño para estrenarlo en ese lugar de playa; quería cambiar, hace rato estoy en el mood de hacer cosas nuevas (como por ej., hace poco cambié de look de cabello luego de pensarlo por más de 3 años) y otras cosas mas como estar hablando contigo hoy para contarte qué otras cosas pasan por mi cabeza aparte de la nutrición.
Ese miércoles agarré aquel vestido de baño con un color precioso, estaba exhibido con una tanga brasileña; como nunca me había puesto uno así, decidí ensayar. Cuando me lo probé dije, oh, en verdad esta moda (me refiero a la parte de abajo del vestido de baño) no es para mí, no me sentía cómoda y salí del vestier para entregarlo. Luego recordé que en ese mismo rack había visto una parte de abajo de las que me gustan a mi (de las anchas atrás) y volví a medírmelo y vaya, fue como volver a mí y me lo llevé. Depronto pensarás, pero Diana, de qué hablas, si tu eres delgada y puedes ponerte lo que quieras, pero no se trata de eso, se trata de cómo me sentí.
En realidad la enseñanza que me dejó la tanga brasileña es que en otro momento de mi vida (ojo, que no juzgo) me hubiera sentido triste o con rabia de no poder entrar en la tanga de moda y quizás hubiera salido a hacer dieta para ponérmela, pero no siempre tenemos que encajar y caber en todo, que así como la moda, habrá también situaciones, círculos y personas con las que simplemente no tendremos sinergia y no podemos quedarnos allí distraídos en lo que no pudo ser. Elegí ser fiel a mi intuición y a mi esencia, y eso es lo que rescato y celebro de todo esto.
Al final fue un fin de semana lleno de regalos y de personas muy lindas (oigan, algo super inesperado llegó como un regalazo del universo, para resumirles almorcé en la misma mesa con James Franco, un actor que sale en una de mis pelis favoritas: Eat, Pray and Love). Hay situaciones que está dentro de nosotros permitir qué tanto absorben nuestra energía y nos aíslan de disfrutar y de abrirnos a recibir momentos y cosas bonitas.
Te cuento esto porque sé lo retador que puede ser encajar en esta sociedad de «altos estándares» donde el cuerpo solo puede verse de una manera, o en la que solo estás a la moda si vistes de “x” forma o donde solo eres exitosx trabajando hasta el cansancio, por allí pasé y reconozco que aún con-vivo en este círculo, pero lo importante es aprender a parar a observarnos para reconocer dónde está nuestro centro (ese lugar tranquilo donde perteneces aunque no esté dentro de los estándares impuestos), también a qué situaciones y personas le regalamos nuestra energía.
Todo esto para recordarte: no te distraigas y te quedes pegadx dándole vueltas a situaciones que te roban la energía, recuerda que tienes la capacidad de volver a tu centro. Gracias por leer y resonar. Te abrazo.
Te invito a seguir conectando con experiencias diferentes en las que podamos re-aprender la nutrición y vivirla desde un lugar mas amoroso y flexible. Te acompaño desde mis talleres presenciales y desde mi asesoría y acompañamiento personalizados, nos vemos pronto.
Diana
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